¿Destino romántico o deseo atrevido?
¿Destino romántico o deseo atrevido?
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Cuando todo en la relación se basa en deseo visual más la química instantánea, el romance se transforma en algo fugaz. Extremadamente precario. Parecido a los microondas de cuarto de hotel, que simplemente dan calor al instante, pero fallan enseguida. Fundamentar una historia solo en lo superficial, es como apostarle al aparato del cuarto, responde en segundos, eso sí que muere antes de lo esperado. Cuando todo es físico, el encuentro se esfuma en nada. Tal cual. Como esos aparatos que chispean al mes, que enciende rápido, pero no dura nada. Una conexión construida solo desde atractivo físico, tiene el mismo efecto que el horno prestado de un motel, que funciona bien un rato, pero se apaga sin razón. Desde el instante en que la belleza exterior es el centro de el amor, no hay mucho que hacer. Igual que el horno rápido del hotel, que funcionan como bólido, pero explotan con la mínima.
¿Y si meto la pata?
A quien esto toca, errar es inevitable en esta ruta. No te reproches si lo viste como tu destino y resultó ser una lección con piernas. A todos nos ha pasado, con una cucharita en la mano y la dignidad en pausa, preguntándonos qué nos llevó a presionar “enviar”.
Y lo bonito es que, ya sea una alma gemela o un amor exprés, cada uno deja su marca, te enseñan cómo seguir, cómo floreces después de cada final. A veces, entra en tu vida para activarte emociones dormidas, que aún sabes sentir, soñar sin miedo.
Final dulce-amargo, como todo lo que vale la pena… y un café
Muy en el fondo, no hay un presencia prestigiosa examen exacto para saber si es para siempre o por un rato. Aun así, hay formas de intuirlo. Observa tu paz, no solo tu euforia. Si la relación te llena sin vaciarte, si te reflejas con autenticidad, estás cerca de lo que realmente importa.
En cambio, si al recordarla, sientes ansiedad, dudas, y solo brillo en los labios pero no en el alma, quizás estás viviendo un episodio corto pero vibrante.
La sabiduría está en reconocer el lugar que ocupa cada encuentro. No todos vienen con boleto de ida y vuelta. Otros aparecen para recordarte la risa, a perder el miedo al ridículo, o a ayudarte a afinar tu intuición.
Entonces... ¿destino o anécdota? Escúchate con honestidad, y en los audios que nunca volviste a escuchar.